Con bastante frecuencia los problemas visuales son inadvertidos por parte de padres, profesores y otros profesionales dedicados a la educación y a la salud, aunque éstos sean unas de las principales causas de fracaso escolar. La visión es clave para el aprendizaje, ya que es una de las principales vías de entrada de información.
Cabe destacar que un problema de visión engloba mucho más que necesitar gafas o no. Tener una buena agudeza visual, significa ver con nitidez un objeto a cierta distancia, pero detrás de una buena visión hay mucho más. Además de ver con claridad un objeto, debemos ser capaces de captar, procesar y dar significado a lo que vemos. Para ello, no sólo tenemos que tener una buena agudeza visual, también debemos tener una buena coordinación ocular, unos movimientos oculares precisos y de calidad, una correcta visión de la profundidad (estereopsis-3D), una adecuada coordinación ojo-mano, una buena capacidad de enfoque y unas buenas relaciones visuoperceptuales.
¿Habéis oído o dicho alguna vez alguna de estas frases refiriéndose a niños con bajo rendimiento escolar?
“Este niño es un vago o distraído”, “Se lleva toda la tarde estudiando, pero después los resultados no son los esperados”, “Se distrae con una mosca”, “Mi niño es muy inteligente, pero no rinde lo que debería”, “Saca buenas notas, pero a base de muchísimo esfuerzo”
Son frases típicas referidas a niños o adolescentes que no están rindiendo al 100%, realizan mucho esfuerzo, reciben clases particulares y aún así, no llegan a unos buenos resultados académicos. En algunos casos puede llevar a un fracaso escolar y abandono.
También puede darse el caso que lleguen a unos resultados académicos excelentes, pero a cambio de muchísimas horas de estudio y dedicación invertidas para aprenderse la lección o realizar las tareas, comparado con el resto de compañeros de clase.
Tanto en el caso de abandono y fracaso escolar, como en el caso de tener buenos resultados académicos pero a cambio de realizar muchísimo esfuerzo puede haber enmascarado un problema visual no detectado.
¿Cómo podemos saber si nuestro hijo tiene algún problema visual?
Existen multitud de signos y síntomas que podrían estar relacionados con un problema de visión. Algunos de ellos son:
- Visión borrosa.
- Taparse uno de los dos ojos o frotarse a menudo algún ojo.
- Desviar un ojo (estrabismo).
- Acercarse mucho al realizar tareas de cerca.
- Guiñar o entornar los ojos para ver la tele.
- Dolores de cabeza al final del día o cuando lee.
- Pérdidas de atención.
- Comprensión lectora deficiente.
- Se pierde o se salta líneas o palabras al leer.
- Usa una guía o el dedo para no perderse en la lectura.
- Confunde letras o palabras similares.
- Evita la lectura o la escritura
- Bajo rendimiento en deportes
- Etc.
Dependiendo de los síntomas y signos podría tratarse de problemas visuales como: miopía, astigmatismo, hipermetropía, problemas de enfoque, de movimientos oculares o de percepción visual, estrabismo, ambliopía (ojo vago) o coordinación ocular.
¿Cómo ponemos solución a las dificultades visuales?
Cabe destacar que muchos de los síntomas y signos antes descritos son muy similares a los asociados por problemas de atención (TDH o TDHA) y otros problemas de aprendizaje. Por ello, animamos a revisar la visión de vuestros hijos e hijas por un optometrista especializado para poder detectar cualquier anomalía visual y en el caso de existir, ponerle solución a la mayor brevedad posible con ayudas ópticas (gafas o lentes de contacto), rehabilitación visual o terapia visual o lentes de rendimiento. Así conseguiremos un rendimiento visual óptimo, lo que llevaría a un mejor rendimiento académico o deportivo, y no sólo eso, ¡también mejoraríamos su calidad de vida!
¡En Noavisión estamos especializados en evaluaciones optométricas completas y ponemos solución en el caso de necesitar algún tipo de tratamiento!